«El mejor consejo de crianza consciente que me han dado, no me lo dio otro padre, ni siquiera se trataba de criar a los hijos. No obstante, he usado este consejo todos los días de mis más de 10 años de crianza, y es la herramienta más valiosa en mi kit de herramientas»
Así lo considera Jo Eberdhardt en su artículo originalmente publicado en inglés en www.quora.com que he traducido y adaptado para ti…
La historia detrás del mejor consejo de crianza consciente
Cuando estaba embarazada de mi hijo mayor, estaba leyendo algunas de las viejas revistas de Selecciones de Reader’s Digest, y encontré una de esas lindas y divertidas historias que se usan como rellenos al final de un artículo.
Fue algo como esto:
Nuestra última mascota había fallecido, así que compramos un nuevo gatito. El primer día que la tuvimos en casa, comenzó a afilar sus garras al lado del sofá, como hacen los gatitos, así que mi papá la levantó y la puso afuera. Quince años más tarde, todavía araña el lado del sofá cada vez que quiere salir.
¿Por qué esta historia se convirtió en el faro guía como madre de Jo?
Jo se dió cuenta que cada momento de cada día, le estás enseñando algo a tus hijos. Con cada cosa que digas, hagas o dejes de hacer, le estás enseñando a tus hijos lo que deben decir, hacer y no hacer.
El truco, como padre, no es enseñar a sus hijos las cosas correctas; el truco es saber lo que les estás enseñando.
Ejemplos 1
Si tus hijos te escuchan decirle a tus amigas cuánto odias el nuevo corte de pelo de Susan, y luego te oyen diciéndole a Susan que te encanta su pelo, podrías pensar que les estás enseñando el valor de ser amable con la gente, incluso si esto implica un poco mentira piadosa.
Pero lo que en realidad le estás enseñando a tus hijos es que:
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Está bien hablar de personas a sus espaldas.
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Está bien insultar a la gente a sus espaldas.
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Está bien mentirle a la gente.
Ejemplo 2
Si le gritas a tus hijos que limpien su habitación, y cuando te preguntan ¿Por qué gritas? Respondes: «¡Porque soy su madre y les digo que lo hagan!», Podrías pensar que les estás enseñando a ambos la importancia de mantenerse su espacio ordenado, y de respetar a sus mayores.
No pierdas de vista que en realidad le estás enseñando a tus hijos es que:
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Está bien gritar a la gente si no hacen lo que dices.
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Ser mayor, más grande y más fuerte que alguien te da el derecho de tratarlos como quieras.
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Cuando eres más grande que alguien, puedes controlar su entorno y no hay nada que puedan hacer al respecto.
Ejemplo 3
Cuando vas tarde a un evento importante y pasas frente a un automóvil averiado, si paras y ayudas al conductor, te preocupas de estar enseñando a tus hijos que la puntualidad no importa. (¡También te puede preocupar que estés enseñándoles inadvertidamente una variedad de groserías mientras retomas tu camino una vez más!)
Lo que en realidad le estás enseñando a tus hijos es que:
- El bienestar de las personas es más importante que cualquier evento individual.
- Todas las personas importan, incluso las personas que no conoces personalmente.
- Ayudar a la gente es lo correcto.
La enseñanza de esta historia
A menudo no sabemos lo que estamos enseñando a nuestros hijos hasta después de que lo han aprendido, pero este «consejo de crianza consciente», tal como es, me ayuda a estar más atenta en cada momento de las lecciones que estoy enseñando.
Y, lo más importante, me permite reflexionar sobre cuándo y cómo enseñé los comportamientos que estoy viendo en mis hijos.
Entonces el mejor consejo de crianza consciente que te puedo dar es:
Si tus hijos, especialmente los niños pequeños, se comportan de una manera que no te gusta, no es porque tengan problemas para aprender, o porque no estén prestando atención, o porque necesites disciplinarlos más; es porque estás accidentalmente enseñándoles las cosas equivocadas. Deja de tratar de cambiarlos, Comienza a cambiarte a ti mismo. De lo contrario, dentro de quince años, seguirán arañando el borde del sofá cuando quieran salir.
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